Todas las personas hemos podido sentir o sentiremos ansiedad en algún momento de nuestras vidas. Debido a esto, los problemas de ansiedad son uno de los motivos principales por los que la gente acude a los centros de psicología.
En este post encontrarás
TogglePrecisamente, sentir ansiedad con la comida es algo que nos puede ocurrir a cualquiera. Puede convertirse en un problema si deja de ser algo puntual, y aparece con cierta frecuencia, además de ir asociado a emociones como el miedo, la tristeza, la culpa o la vergüenza.
¿Qué entendemos cuando hablamos de la ansiedad por comer?
La ansiedad es una respuesta emocional, cuya función es la de alertarnos y protegernos, ante una situación aparentemente peligrosa para nosotros. Al tratarse de una respuesta psicofisiológica, sus síntomas pueden ser muy variados (y también muy desagradables). A menudo nos genera tanta angustia sentirla que intentamos controlarla o huir de ella.
Las personas que presentan ansiedad por la comida, son aquellas que han aprendido a regular su ansiedad a través de la ingesta, es decir cuando sentimos el impulso de comer sin sentir hambre real o una necesidad fisiológica. Otro motivo habitual tiene que ver con las restricciones de algunos alimentos, hablaremos sobre esto en otro punto del artículo.
Si quieres averiguar si tienes ansiedad por comer, te dejamos unas preguntas que te pueden resultar de especial interés:
- ¿Sientes el impulso de comer cuando aparece la ansiedad o el estrés?
- ¿Usas la comida para calmarte?
- ¿Sientes que tras sentirte lleno sigues comiendo?
- ¿Eres selectivo en los alimentos que comes (chocolate, ultraprocesados, etc)?
- ¿Has dejado de comer algún alimento sin una causa médica o de salud?
- ¿Tras comer aparecen emociones como la culpa o la vergüenza?
Si tu respuesta es afirmativa en la mayoría de preguntas, que la relación que tienes con la comida te esté generando gran malestar. Si quieres saber qué mecanismos hay detrás de la ansiedad por la comida, te lo contamos en este artículo.
¿Y por qué ingerimos alimentos de una forma compulsiva? Uno de los motivos por los que sentimos ansiedad por comer tiene que ver con que empleemos los alimentos como una forma de regulación emocional. Tras la ingesta se produce una sensación inmediata de bienestar y calma.
Las personas que presentan ansiedad por comer, han aprendido que la comida es una forma de control de la ansiedad. Esto se debe a que la comida actúan como si de un ansiolítico se tratase.
El problema reside en el efecto que produce la comida, disminuyendo los síntomas inmediatos de la ansiedad pero a la larga mantenimiento del problema. Es un recurso poco saludable para nosotros.
Origen de la ansiedad por la comida
Muchas personas, nos preguntan: ¿por qué me ocurre esto?
Pues bien, hay muchos factores o causas que intervienen en la aparición de la ansiedad por la comida:
Dificultades en las relaciones personales o sociales
Unos de los motivos más habituales tienen que ver con las dificultades sociales. En ocasiones sentimos ansiedad cuando conectamos con la soledad y el miedo. Miedo a que nos abandonen, al fracaso o que nos dejen de querer. Ya sea una sensación de soledad emocional o física, podemos emplear la comida como una forma de aliviarnos y calmarnos. Por ese motivo muchas veces consumimos alimentos sin sentir hambre real o fisiológica.
Altos niveles de estrés
Sabemos que el estrés es un factores de riesgo para muchos problemas físicos y mentales, y con nuestra relación con la comida ocurre lo mismo. Cuando el estrés aumenta, es decir, cuando las demandas del entorno superan nuestras capacidades personales, sentimos mucho malestar y es posible que recurramos a la comida para recuperar cierto bienestar.
Baja autoestima
Una autoestima debilitada o una autoestima baja como la llamamos comúnmente, nos puede conectar con emociones relacionadas con la inseguridad y la incertidumbre. Cuando las emociones predominantes son emociones desagradables, intentamos evitarlas y buscar la forma de sentirnos mejor. La comida cumple esta función, tiene el objetivo de llenar ese “vacío” y procurarnos una falsa sensación de control y bienestar.
Intentar restringir el hambre fisiológica o real
Con frecuencia, cuando sentimos que perdemos el control sobre las cosas, lo que hacemos es intentar recuperarlo. Y este exceso de control provoca el efecto contrario. Cuando estamos continuamente restringiendo el consumo de ciertos alimentos, al final lo que sucede es que consumimos grandes cantidades de esos alimentos que nos habíamos prohibido (habitualmente ultraprocesados, grasas y azúcares). Es decir, el exceso de control nos genera ansiedad y eso nos lleva a tener grandes ingestas de estos alimentos “prohibidos”.
Hambre real vs hambre emocional
Ya hemos dado algunas pinceladas sobre el hambre real y el hambre emocional, pero…¿Cómo las diferenciamos?
El hambre emocional o la ansiedad por comer, viene de forma imprevista y repentina, con una intensidad muy elevada y difícilmente vamos a poder controlarla. Una característica muy importante y que ayuda mucho a diferenciarla, son las imágenes mentales de la comida. Cuando presentamos hambre real, la sensación se origina en el estómago, mientras que cuando es emocional, aparecen estás imágenes mentales, nos imaginamos el alimento, su sabor, la textura, incluso el olor. Otro factor para tener en cuenta es la saciedad, cuando presentamos hambre emocional, no llegamos a sentirnos saciados hasta que no podemos ingerir más alimentos, es decir estamos completamente llenos, muchas veces incluso llegando a tener sensaciones físicas desagradables, como las náuseas o vómitos. Y la última característica que vamos a mencionar, es nuestro estado emocional tras la ingesta, cuando tenemos ansiedad por comer, tras la ingesta aparecen emociones relacionadas con la culpa, la vergüenza o el arrepentimiento. Estas emociones, nos pueden servir de indicador sobre el tipo de relación que tenemos con nuestra alimentación y nuestro cuerpo.
¿Cómo gestionar la ansiedad por comer desde la psicología?
Utilizar el control como forma de regulación emocional no es una buena solución.
Es importante cambiarlo por una buena gestión de la ansiedad, ya que aunque suene contradictorio el control conlleva un mayor descontrol con la comida.
Soltar y aprender estrategias de regulación emocional no es tarea fácil. Como hemos visto en el artículo, la comida no es el problema, sino el síntoma de que algo no marcha del todo bien. Es importante profundizar en el origen y poder trabajarlo para mejorar nuestra relación con la comida y con nosotros mismos. Es importante tener en cuenta que este problema no tiene que ver con tener fuerza de voluntad. Si crees que estás en un punto en el que las emociones se desbordan, la ansiedad es muy intensa y que pierdes el control, quizá necesites de herramientas para afrontar esta situación, busca apoyo.
Te ayudamos a gestionar la ansiedad por la comida
Si tras leernos sientes que tienes ansiedad por la comida y te gustaría mejorar.
Queremos decirte que estás solo, nosotras podemos ayudarte a entender mejor la relación que tienes contigo mismo y con la comida. Sentirse bien es posible, recuerda que puedes ponerte en contacto con el equipo de Naïrela Psicología para resolver cualquier duda que tengas.